Escondido entre las sinuosas líneas del interior de Niza, en medio de colinas repletas de vegetación, el santuario de Nuestra Señora de Laghet, en La Trinité, refleja toda la riqueza del arte barroco del siglo XVII. En primer lugar tenemos su hermosa fachada ocre, llena de arcadas y bonitas persianas de color azul cielo, rematadas por un precioso campanario con cúpula. Su capilla, dedicada a la Virgen María, está rodeada por un claustro con paredes inmaculadas realzadas por bóvedas de crucería. El edificio ofrece un entorno tranquilo y lleno de luz a los peregrinos y visitantes que vienen a recogerse. Dentro de la capilla, contemple tranquilamente los exvotos, magníficos cuadros pintados según las técnicas del arte naif que representan a los peregrinos salvados por la Virgen, así como escenas de la vida cotidiana en el siglo XVIII.
A veinte minutos en coche se halla la ciudad de Niza, con sus joyas arquitectónicas y sus zonas de baño, ideales para descansar y relajarse.
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