“Pocos cristianos conocen el valor, mérito, excelencia y la necesidad del Ave María”, dice San Luis Grignion. En esta aula conoceremos mejor, con muchos ejemplos históricos, la fuerza del saludo angélico. Además, tenemos mucho que agradecer a Dios por haber nos dado a María. Así, es preciso tener una devoción especial a aquella oración del Magníficat, compuesta por Ella misma. Por fin, veremos cuánto los fieles esclavos de María deben desapegarse del espíritu del mundo.
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