La catedral ortodoxa de Alejandro Nevski es uno de las principales atracciones de Tallin pero a pesar de su belleza, no es una iglesia muy querida por los habitantes de Tallin, por la histórica rivalidad con la vecina Rusia, pero eso es otra historia. Fue construída por el arquitecto Mikhail Preobrazhenski, de San Petersburgo, personaje que también hizo catedrales en Florencia, Niza, Viena y Sofia. Fue durante el periodo en el que Estonia era parte del imperio ruso zarista cuando se construyó, en el año 1900 como símbolo de la dominación del imperio. Esta dedicada al príncipe de Novgorod, Alexander Nevski Yaroslavich. Es uno de los varios espectaculares edificios de la parte antigua de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Curioso es que los estonios ordenaron su demolición en 1924, por ser un icono de la dominación rusa, cosa que menos mal no llegaron a realizar. En 1991, al recuperar la independencia de la unión soviética, fué restaurada.
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